El ejercicio con pesas es excelente recurso para gozar de buena
apariencia e incrementar masa y tono muscular; como toda disciplina, requiere
constancia y dedicación, pero también es indispensable la supervisión
de médico e instructor para evitar efectos adversos.
Las opiniones que genera esta disciplina son encontradas, y
van de la exaltación de sus virtudes como recurso para contar con fortaleza
y salud envidiables, a su desacreditación absoluta debido a que su práctica
se asocia al uso de anabólicos (sustancias que favorecen el desarrollo
muscular pero que generan otros daños al organismo) o porque sus resultados
son estéticos y no proporciona la condición fÃsica de otras
disciplinas.
Lo cierto es que el comentario médico no es asÃ
de extremista, y siempre resultará más moderado, ya que reconoce
que las rutinas con pesas son un tipo de ejercicio que da fortaleza a músculos
y articulaciones, en tanto que la práctica de otras actividades, como
correr o andar en bicicleta, ayuda a bajar de peso y ejercitar a corazón
y pulmones. Siendo realistas, ningún ejercicio en particular cubre adecuadamente
todas las necesidades del organismo, por lo que una de las claves para mantenerse
en forma es contar con sana variedad de actividades complementarias.
Ejercicio por sobrecarga
Aunque de manera coloquial se le llama a esta actividad "pesas", este concepto hace referencia a las rutinas que se efectúan con mancuernas (sostenidas por una mano) o barras (emplean ambas extremidades superiores) que en sus extremos llevan discos de peso graduado, pero también a los ejercicios que se realizan con aparatos para fortalecer piernas, glúteos u otras zonas corporales.
El principio básico de este tipo de actividades consiste
en obligar a la realización de esfuerzo adicional y en aumento progresivo
para estimular el crecimiento de la masa de los distintos grupos de músculos
en un tiempo relativamente corto. En efecto, se ha establecido que la ejecución
de rutinas breves pero con mucho peso obligan a rápido desarrollo de
la fuerza muscular.
Por ello, aunque las pesas son empleadas para obtener resistencia
y fuerza, como apoyo a otras actividades deportivas o para obtener buena presencia
fÃsica y estética especÃfica (como ocurre en el fisicoconstructivismo),
son muy utilizadas como método para rehabilitar músculos y articulaciones
lesionadas o que se han sometido a inmovilización y reposo forzado; esta
acción terapéutica, que casi siempre pasa desapercibida ante la
imagen de los fortachones practicantes en los gimnasios, es uno de los usos
más nobles de este tipo de ejercicio, el cual se realiza con pesos menores
y rutinas especÃficas.
Además, se dice que mujeres y hombres que se acercan
a esta disciplina pueden realizar series de muchas repeticiones con pesos mÃnimos
a fin de ayudar al funcionamiento del sistema cardiovascular, pues aunque no
se trata de un ejercicio propiamente aeróbico (requiere gran circulación
de aire) se obliga a los pulmones a realizar una movilización de aire
mayor, que a su vez obliga al corazón a trabajar más.
En todo caso, la práctica de un programa con sobrecarga
exige una edad superior a 15 años, un examen médico profesional
y el asesoramiento de un entrenador que delinee las rutinas que se realizarán,
con sus respectivas variaciones en diferentes dÃas de la semana, y que
asesorará sobre uso adecuado del equipo, pesos que se utilizarán,
tiempo de descanso entre las series u otros aspectos que no deben dejarse al
azar.
Toda sesión se iniciará con ejercicios de calentamiento,
ya que pueden presentarse sobreesfuerzos que en vez de beneficiar ocasionen
daño; una serie de ejercicios previos, como 10 minutos de bicicleta fija,
incrementará el ritmo cardÃaco y la circulación de la sangre,
que a su vez aumenta la temperatura de músculos y tejidos conectivos,
mejorando su desempeño. También será esencial la relajación
posterior a la ejecución de rutinas, estirando los músculos en
forma gradual.
Tanto comes, tanto vales
Cuando el organismo se encuentra sometido a un entrenamiento de gran exigencia deberá contar con los elementos nutricionales para cubrir sus necesidades; en el caso del atleta dedicado al ejercicio con pesas, requerirá como prioridad alimentos que le proporcionen energÃa para cumplir con el esfuerzo, pues aunque el cuerpo puede echar mano de la grasa que ha almacenado, requerirá de una dieta de carbohidratos obtenidos de pastas y cereales.
Debido a que el practicante experimentará crecimiento
muscular, y la materia prima que el organismo emplea para formar estos tejidos
son proteÃnas y aminoácidos, los productos animales y sus derivados
(carne, leche, huevo, pescado), complementados con alimentos vegetales, como
soya, algas, semillas de girasol, almendras y nueces, serán la fuente
principal de dichos nutrientes, de modo que también se incluirán
de manera generosa en la comida.
La mejor forma de consumir proteÃnas es a través
de una dieta balanceada, ya que al ingerirlas vÃa suplementos y de forma
indiscriminada es posible que se provoquen alteraciones hormonales, pérdida
de calcio, trastornos en hÃgado o riñón u otros padecimientos.
Todo atleta debe considerar que consumir estos productos en exceso no aumentará
la masa muscular; ésta se consigue con el entrenamiento adecuado y progresivo.
La dieta también deberá contemplar verduras y
frutas frescas para proporcionar vitaminas y micronutrientes (minerales) que
actúan en múltiples procesos y se gastan durante la práctica
deportiva intensa, además de que nunca se descuidará el consumo
de agua, sobre todo en dÃas calurosos, ya que a través de la sudoración
se pierde mucho lÃquido que se deberá reponer de manera adecuada.
¿Riesgos? SÃ, los
hay
Algunos de los problemas frecuentes entre quienes practican rutinas fÃsicas con sobrecarga se deben a la idea errónea de que levantar pesos sobrehumanos generará fuerza y tono muscular en un par de sesiones, siendo que lo único que se logra con esta actitud es arriesgarse a generar lesiones musculares, sobre todo en espalda baja y hombros. Cabe destacar que en estos casos el dolor es el primer aviso de que hay sobreentrenamiento, es decir, más peso e intensidad de la que se puede resistir, por lo que la recomendación consiste en que al aparecer las primeras señales de malestar se rectifiquen las rutinas, sea consultando al instructor o por cuenta propia.
Sobrepasar la capacidad propia también puede condicionar
el surgimiento de distintos padecimientos que obliguen llevar tratamiento y
guardar reposo obligado, como tipos de hernias o protuberancias producidas por
la salida de una vÃscera u otro tejido blando de la cavidad en donde
se encuentra habitualmente:
De disco vertebral. Se presenta cuando el tejido suave que se encuentra entre las vértebras se comprime y daña, generando molesto dolor de espalda.
Umbilical. Se produce por fallos en los
músculos abdominales que permiten que una porción del peritoneo
(revestimiento de la cavidad abdominal) sobresalga y empuje al ombligo hacia
afuera.
Inguinal. Ocurre cuando una sección
del intestino sobresale a través de una zona débil de la pared
abdominal; especÃficamente se presenta en las ingles.
Asimismo, es probable que la práctica desmedida condicione
el surgimiento de artrosis, enfermedad producida por la alteración del
cartÃlago, ligamentos, músculos o tendones que forman parte de
las articulaciones, lo que origina la aparición de dolor y, en ocasiones,
la pérdida de movimiento normal. Por ello, no consideramos exagerado
recordar que la práctica de ejercicio requerirá siempre de supervisión
especializada, a fin de evitar excesos.
Esteroides y adicción
al ejercicio
Mención aparte merece el caso de atletas que en su afán por ganar masa muscular recurren al uso de hormonas masculinas, concretamente testosterona o sustancias sintéticas conocidas como esteroides, las cuales cumplen dos funciones principales: intervienen en la formación de tejidos (acción anabólica) y promueven los caracteres sexuales secundarios en varones, como voz ronca y presencia abundante de vello en axilas, genitales y rostro.
Los esteroides anabólicos activan genes especÃficos
que aceleran el procesamiento de las proteÃnas, estimulan la producción
de glóbulos rojos y aumentan de manera artificial el volumen muscular;
empero, tienen efectos perjudiciales que es necesario conocer, como aumento
del deseo sexual acompañado a veces de impotencia, mal funcionamiento
testicular con disminución en la producción de espermatozoides,
aumento del tamaño de los senos, agrandamiento e inflamación de
la próstata, disfunción renal, aumento de la agresividad y acné.
En los adolescentes pueden ocasionar detención del crecimiento,
y en las mujeres genera trastornos en su ciclo menstrual y masculinización,
caracterizada por crecimiento del vello facial y corporal, agrandamiento del
clÃtoris y engrosamiento de la voz. Finalmente, debe señalarse
que aunque los anabólicos producen ganancia muscular no producen aumento
de fuerza, resistencia o agilidad, y en cambio son condicionantes de problemas
en hÃgado y cerebro.
Un riesgo más que corren los amantes de las pesas es
la vigorexia o adicción al ejercicio, que es un trastorno en el cual
se realizan prácticas deportivas en forma casi irracional y compulsiva,
sin importar las consecuencias para la salud. De manera idéntica a como
los anoréxicos piensan que están excedidos de peso, no importando
lo delgados que sean en realidad, quienes padecen este mal se miran a sÃ
mismos demasiado pequeños, sin tomar en cuenta que pueden contar con
amplio desarrollo muscular.
De distintas maneras, se ha explicado que el vigoréxico
sufre trastornos en la quÃmica cerebral que lo llevan a su condición:
- Se dice que este tipo de personas no producen adecuadamente una sustancia llamada serotonina -relacionada con placeres a través de vista, gusto y olfato-, de modo que sufren una distorsión en la percepción de su propio cuerpo que les hace percibirse siempre como gente pequeña, a la vez que experimentan depresión y ansiedad.
- Otra explicación nos dice que esta clase de individuos generan adicción hacia las endorfinas ("hormonas de la felicidad", cuyas propiedades son similares a las del opio), que son generadas por el mismo organismo para aliviar sÃntomas de cansancio, de modo que buscan realizar un trabajo más pesado y prolongado cada dÃa a fin de generar amplias cantidades del quÃmico.
Lo cierto es que, como toda práctica deportiva, el ejercicio
con pesas puede ser una alternativa real y accesible que contribuya al buen
desarrollo individual, manejo de estrés y mantenimiento de la autoestima.
Siempre que no se pierda el verdadero objetivo de esta actividad, los beneficios
serán ampliamente superiores a los riesgos.
Por último, cabe la recomendación de buscar la
asesorÃa de instructores capacitados que proporcionen información
adecuada y un programa de trabajo que incremente de manera gradual; debe dudarse
siempre de quienes obliguen a cargar demasiado peso en poco tiempo o de aquellos
centros en donde traten de vender con insistencia complementos alimenticios,
inyecciones y una serie de aditamentos "indispensables" para la práctica
deportiva.
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